lunes, 8 de agosto de 2011

Sin más que decir ...

Borracho y con los zapatos llenos de barro. Mi cuarto ahora acoge un desagradable olor a White Label que me produce náuseas. Lo único que quiero es más alcohol aún sabiendo que no me hará olvidarte. Hago lo propio y mi vista empieza a nublarse cuando la botella de vodka apura sus últimas gotas. 
-"Vuelve" -me dije a mi mismo con la voz más triste y apagada que jamás hube imaginado. 
Esperé alguna respuesta, pero el silencio era imperturbable y sobrecogedor. El instante de tranquilidad lo quebró una gota de agua que caía de mi chaqueta. Estaba empapado, podía notar el frío hasta en mis huesos. Poco me importaba ... 

Supe que tenía los dedos congelados cuando no pude encender el único cigarro que me quedaba al fondo del bolsillo.
Alcé la mirada desesperado, cansado de contar las putas baldosas encharcadas que yacían a mis pies. Vi tu foto sobre el escritorio. La cogí con cariño abrazándola.
-"Siento que el destino me ha escupido a la cara y me ha tirado tierra en los ojos. Siento un vacío dentro de mi que solo tú puedes llenar. Tan solo pido tenerte entre mis brazos, oler tu colonia, que me susurres mil cosas al oído. Sabes que cada palabra tuya me vuelve loco. Pero dime, ¿Cuándo vas a volver?"

Tras cuatro minutos de silencio con la mirada fija en tus ojos inertes plasmados en papel de fotografía, esperando una respuesta, dejé caer una lágrima que cesó su recorrido en el marco que encuadraba tu bella y sinuosa silueta.

De nada servía gritar tu nombre entre sollozos, nadie me escuchaba, nadie haría caso a un loco con el rostro desencajado en lágrimas y apestando a alcohol. Solo tú me entenderías.

viernes, 5 de agosto de 2011

Picante♥

Quiero empujarte contra mi cama y empezar a jugar con tu boca, a morderte la lengua y notar como se dibuja una sonrisa muda en tus labios. 

Quiero que me agarres el pelo con fuerza mientras el resto de tu cuerpo permanece inmóvil dejándose besar, acariciar... 

Quiero escuchar como se aceleran los latidos de tu corazón y notar tu respiración cada vez  más y más intensa.
Darme cuenta de que cierras los ojos para concentrarte únicamente en como amo cada milímetro de tu piel. 
Ansío el momento en que levantas la cabeza con disimulo dejando desnudo tu cuello, abriéndome paso a lugares de tu cuerpo que solo yo conozco.
Las miradas ya no existen, ni tampoco las palabras. Solo tú y yo, sin una sola prenda de ropa que nos impida consumar lo que el sudor que se desliza por nuestra piel nos lleva pidiendo a gritos toda la noche.
Una hora, dos, tres... somos esclavos de lo que el cuerpo nos pide y de nuestros propios sentimientos.

Quiero terminar encendiendo un cigarrillo Nobel junto a ti recordando cada momento de locura y frenesí, buscando nuestra ropa mezclada y esparcida por toda mi habitación....

Gracias por inspirarme y hacerme recordar cada momento de inocencia a tu lado.